martes, 14 de febrero de 2012

Noches

Las noches son largas en muchas ocasiones y siempre te da por pensar, eso es sabido por todos, una vuelta por aquí, otra vuelta por allá, que si doy la vuelta a la almohada para que este fresquito y no tener calor, que si saco un pie fuera de la manta, de lado, boca arriba, y un sin fin de posturas hasta que por fin encuentras la deseada, pero… ¿y entonces? Te viene a la cabeza, como no, ese pensamiento que llevas todo el día evadiendo, sin pararte a pensar en ello porque no, porque no quieres, no lo necesitas (o eso crees) , pero por la noche todo es más complicado, no hay nada que te distraiga, solo oscuridad y silencio, y es entonces cuando comienzas a darlo vueltas igual que las vacas cuando mastican, mil y un vueltas, imaginándote como sería si… y si… pero si no lo hago… pero si no lo digo, y así hasta que sin darte cuenta te sumes en un sueño ligero al comienzo, profundo al final, sumergiéndote en un mundo donde todo es posible, el de los sueños… y a parece él o ella con esa sonrisa que tanto te gusta, diciéndote todo lo que deseas que te diga en el mundo real, recorréis paisajes increíbles juntos de la mano, todo es perfecto, todo es sinónimo de felicidad…
Pero como todo en esta vida, se acaba y de la manera más tonta y absurda, con el “pipipi” de un reloj que en esos momentos odias con toda tu alma porque es el encargado de devolverte a la realidad quieras o no quieras te levantas con la sensación en el estomago de una noche perfecta y sabiendo que detrás de tu puerta él o ella está ahí que hoy lo verás, que hoy te hará reír o llorar, que hablareis o no, sea lo que sea pero seguro o segura de que un día más evitarás pensar en él/ella por el día, pero que por la noche serás incapaz de hacerlo, volviendo a empezar.

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