Un poco de todo...

Cerré la maleta con pereza, sin querer hacerlo del todo, sabía que venía a mi casa, a mi ciudad, pero que no iba a haber ni media hora, ni un minuto contigo, no verte, no hablarte, no nada.
Los kilómetros en el autobús pesaban cada vez más y se multiplicaban las ganas de gritar, las sensaciones de impotencia, de rabia, de ese no se qué que me lleva rondando todo el tiempo desde aquel día, desde aquel último adiós gritado en la calle, de noche.
No quiero cansarme, no quiero rendirme, quiero creer que vale la pena todo esto, o quizás no, no lo se, la verdad es que ya no se nada ni de ti, ni creo que de mi, pero la vida pasa y pasa, sin parar, sin tregua, con sus días de lluvia y sus minutitos de sol, con sus nubes huyendo de la tormenta, de los truenos, de los recuerdos de una sola noche que ha ocupado todas y cada una de mis últimas noches, noche con la que me he despertado cada día en la boca, en las manos.

Esos días de lucha constante...

¿sabes esos días en los que te levantas como si te hubieran dado una paliza mortal mientras duermes? pues peor aun te levantas cuando te has pasado la noche luchando contra tu cabeza y sus intentos de recordarle, de volver a sentir lo que un día sentiste estando con él, es horrible es una sensación de flaqueza de un querer y un no poder enorme, que te agota a cada minuto un poco más hasta que caes rendida, te dejas caer en un sueño que no sabes por donde ha venido pero que agradeces porque sabes que la lucha acabará, por fin. Pero no cierras los ojos y ahí esta él, otra vez, pero esta vez la magia de los sueños te permite tocarle, oírle, verle sonreír y todo te parece tan real que cuando comienza a alejarse de ti te duele, te quema, no quieres, no quieres que acabe, porque despertarás y se acabará todo y volverán las ganas de hablarle, de escribirle y no te atreverás porque sabes que el no quiere, ya no quiere saber de ti como antes, y eso duele, créeme que duele.

suponiendo... queriendo creer!

Hacer y deshacer la maleta con esa sensación de... no se, no se ni cómo describirla, irte una tarde a casa con ganas de todo y salir horas después sin ganas de absolutamente nada, pero sabiendo que vas a ver a esa persona que horas antes al pensar en ella o al pronunciar o incluso oír su nombre una sonrisa se dibujaba en tu cara, sabiendo que lo vas a tener cerca pero a kilómetros, esa sensación de no poder decirle a la cara ¡Joder, porqué!, que se crucen vuestras miradas y aguantarlas menos que nunca por sabes que ya no van con ese sentido que antes te gustaba, que ahora ya no, no lo soportas, por que con el transcurso de la noche y de la indiferencia se va haciendo más difícil volver a soñar, volver a creer en nada en que pase nada, ponerte nerviosa como nunca al decir su nombre leído en un papel, indecisión al querer y no poder dar a borrar y acabar con todo lo que pudo ser y no fue y todo ¿porqué? ¿un mal entendido? ¿una interpretación equivocada? Preguntas sin respuesta aparente que me dan vueltas y vueltas a la cabeza que quisiera parar, dar un botón que diga STOP, y que todo acabe, esta sensación, las vueltas en la cama, los vuelcos en el estomago, las miradas al móvil y la posterior desilusión al no ver señales de esa persona, en fin, comienzo a suponer y a creerme que no ha pasado por que no tiene que pasar  y que quizás sea lo mejor para los dos, para mí.

No fue un sueño...

Cuando apago la luz de mi habitación no apago con ella mi sonrisa, agarro con fuerza la almohada y me atrevo a pensar en ti y es entonces cuando todo en mi se acelera de tal forma que noto la velocidad con la que por desgracia pasó todo, pero abro los ojos y respiro tranquila por que se que no fue un sueño aunque a mí me lo pareciera.

Así sin más...

Ellos solos van sin orden de nadie hacia ti, he acostumbrado mis ojos a la figura de tu cuerpo,a tu sonrisa, la culpable de mis sensaciones, de mis bajadas de ojos, rápidas y tímidas, del imposible aguante de tu mirada sin sentir vértigo, sin dejarme llevar y comenzar a soñar, a imaginar, a volar.

¿Qué me dices... juegas?

Basarlo todo en juegos, adivinanzas, acertijos, juegos de palabras con o sin sentido, te invito a participar, a entrar en mi aventura, en un laberinto de miradas tímidas, escondidas de tus ojos, de caricias camufladas de descuido, de torpeza, pero llenas de intención.