Hacer y deshacer la maleta con esa sensación de... no se, no se ni cómo describirla, irte una tarde a casa con ganas de todo y salir horas después sin ganas de absolutamente nada, pero sabiendo que vas a ver a esa persona que horas antes al pensar en ella o al pronunciar o incluso oír su nombre una sonrisa se dibujaba en tu cara, sabiendo que lo vas a tener cerca pero a kilómetros, esa sensación de no poder decirle a la cara ¡Joder, porqué!, que se crucen vuestras miradas y aguantarlas menos que nunca por sabes que ya no van con ese sentido que antes te gustaba, que ahora ya no, no lo soportas, por que con el transcurso de la noche y de la indiferencia se va haciendo más difícil volver a soñar, volver a creer en nada en que pase nada, ponerte nerviosa como nunca al decir su nombre leído en un papel, indecisión al querer y no poder dar a borrar y acabar con todo lo que pudo ser y no fue y todo ¿porqué? ¿un mal entendido? ¿una interpretación equivocada? Preguntas sin respuesta aparente que me dan vueltas y vueltas a la cabeza que quisiera parar, dar un botón que diga STOP, y que todo acabe, esta sensación, las vueltas en la cama, los vuelcos en el estomago, las miradas al móvil y la posterior desilusión al no ver señales de esa persona, en fin, comienzo a suponer y a creerme que no ha pasado por que no tiene que pasar y que quizás sea lo mejor para los dos, para mí.
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