Que se entere el mundo...

Me gusta meterme en la cama, taparme con las sábanas, apretarlas fuerte, cerrar los ojos y pensar en él; en los minutos compartidos en una cama de noventa.
Me gusta pasar mi lengua por mis labios e imaginar que es la suya, recordar cada uno de sus besos.
Su risa retumba en mis oídos, mi piel grita por sus manos.
Me gusta mirar las dos únicas fotos que tenemos juntos y pensar que son la primeras de muchas que vendrán, por muy mal que salgamos.
Me gusta pensar que la sonrisa que pinta su cara, la he cosido yo, con mis manos, con mis esos, puntada a puntada, aunque sea sin hilo.
Me gusta oír su voz por teléfono y pensar que le tengo al lado, aunque esté lejos.
Me gusta pensar que en unas horas podré volver a abrazarle y podré volver a desear que no se vaya, que esto no acabe, que todo siga, que continúe, que seamos los puntos suspensivos de ese continuará que sale al final de las películas.
Me gusta escribir esto para él, para que lo lea y me muera de vergüenza.
¡Me gusta él!

Ganas.

No se los días que llevo ya sin verle, no quiero ni pensarlo, mucho menos en las horas, en los minutos, por no decir en los besos que me he perdido y que espero recuperar no dentro de mucho.
¿ Sabéis esa sensación de querer y no poder? Esa sensación de querer tocar algo y no poder por que no alcanzas, por que no llegas y te sientes pequeña, chiquitita. Esa sensación de nervios en el estómago al recordar sus manos, sus dedos entrelazados con los suyos, su sonrisa, sus ojos, su todo.
Ese vértigo que te da, que piensas caer, cuando te acuerdas de ese beso que en su día te hizo temblar la piernas que hoy en día también lo hace.
Esa sonrisa de idiota por la que todos te preguntan y a la que tu no contestas con su nombre de milagro, en cambio dice, no es nada estoy bien , contenta, feliz... él me hace sentir bien, contenta, feliz, mi sonrisa lleva su nombre! :)
Tengo muchas ganas de verle, de estar con él, de volver a sentir esas sensaciones, esas cosquillitas, su sabor, sus manos en mi cintura, sentirle a él.

En 168 horas..

Flayers con complejo de marca-páginas, ríos meticones que se interponen en el camino, caballos despistados que me hacen temblar, leyendas con el origen en tus labios y con el fin en mi imaginación, estrellas pequeñas y diminutas protagonistas de nuestras noches, luces apagadas, calles solitarias, risas fuertes, divertidas, auténticas, la luna como único destino, subir, bajar las calles, soles nocturnos que dan calor, sonrisas tímidas, chistes malos, piedras conquistadas en su punto más alto, pelusas molestas, canciones de campamentos de madrugada, pizza para desayunar, para cenar, el olor de la jara, Extremo, Marea, La Fuga, voz de hombre interesante, tiempo que perder contigo, cualquier escusa era buena para verte, saber de ti, tu mano en mi pequeña y dulce nutria, Segovia el mapa de lo nuestro, mi problema con el arte, noches en el averno, Trending Topic, enemigos de la tecnología, lucha de palabras, mil y un sensaciones, zalamerías, mosquitos asesinos, mentiroso encantador, la ausencia de tus manos en mi cintura, amaneceres del color de tus ojos, educaciones contrarias, los nervios de cada día, la sonrisa de cada noche antes de dormir, un hasta luego, nunca un adiós, Septiembre, verano lejos de ti, volver a creer, respirar, sentir, creer volar, creer en ti, en mí, en los dos.

Esa cosita...

Esa cosita que se te forma en el pecho, en el estómago que ejerce la presión suficiente en tu lacrimal para dejar caer tus lágrimas, que estas recorran tus mejillas y lleguen a tus labios en una gota de sal, esa sensación que te remueve todo el cuerpo, desde los dedos de los pies hasta la cabeza, que crees explotar de las mil y un imágenes que se suceden en ella, momentos mágicos, momentos que jamás y sí digo jamás olvidarás aunque quieras siempre estarán ahí y en el momento mas inesperado se harán cómplice de esa cosita que te recuerda que estás vivo, que sientes.