viernes, 10 de febrero de 2012

Noche dedicada.

Despierta, sentada, como cada día, con una sensación de frio en todo y cada uno de los huesos de mi cuerpo… un frío que me cala hasta lo más hondo de mi ser, ayer una gran noche, pero quizás lo pudo ser más… no lo sé son solo sensaciones, pero sensaciones agradables o eso quiero pensar, mantengo mis ganas, mis deseos de un beso, pero no un beso cualquiera, dado por quien sea, no, si no un beso que me de calor, que me reconforte, que escalde la sangre de mis venas, no me importaría arder en llamas si es un beso lo que provoca el fuego.
Unas manos rodeándote la cintura y presionándote débilmente contra otro cuerpo con el mismo deseo que tu… perderse en un juego besos y caricias, en un baile de sensaciones, de sentimientos encontrados o perdidos, ¡qué más da! Unas manos que te elevan más allá de donde estés… manos que enmudecen la música del alrededor, que paran el mundo, dejándoos solos, tu y él y nadie más, ¡para qué más! Si en esos instantes que dura el beso, vuestro beso, sientes que lo tienes todo, que ya nada mejor puede pasar, que eso es el broche de oro a una noche que él ha hecho perfecta, sin mucho o esfuerzo, porque no le cuesta hacerte feliz, hacerte sonreír, solo para ti, dedicada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario